En Coffee Shop Club, descubrimos una cafetería cuyo único objeto es amparar al visitante, transmitiendo las virtudes de un entorno acogedor y relajado.
La tonalidad azul pastel en las bandas de paredes y techo son elemento fundamental para alcanzar la finalidad del espacio, contrastando con el uso del blanco para evitar perder el matiz del color. Dichas bandas se orientan verticalmente para aumentar la sensación de altura del techo.
Para evitar generar un ambiente demasiado frío las mesas y sillas utilizadas son de madera, aportando calidez al conjunto.
La moqueta cubriendo el suelo, de un tono azul zafiro inespecífico, es la pieza singular con capacidad para aportar un contrapunto en la decoración.
El espacio se organiza en Coffee Shop Club partiendo de un amplio local diáfano cuyas fachadas vuelcan a dos calles, distribuido mediante un módulo central capaz de articular las distintas zonas y ambientes buscados en este proyecto. Dicho módulo genera la axialidad necesaria para producir la diferenciación entre mostrador y sala.
El mostrador, con un atractivo diseño fragmentado, junto con la mesa alta situada a su lado, crean el ambiente propicio para pedir un café “take away” o tomarlo mientras se disfruta de Coffee Shop Club en su concepto “fast coffee”.
En lo referente a la idea espacial buscada por el módulo central y las mesas circundantes, se crean ambientes y maneras distintas de compartir la experiencia gracias a la inteligente aplicación del mobiliario proyectado. En la posición central, pueden disponerse grupos numerosos o ser espacio compartido para clientes. Si se intenta buscar un ambiente sosegado, donde la dimensión temporal pierde su relevancia, un conjunto formado por poofs, butacas y mesas bajas volcadas al exterior permiten esta manera de vivir el lugar. Para completar la distribución espacial un grupo de mesas se dividen en dos ambientes, uno para percibir el paisaje a través de grandes acristalamientos y otro para disfrutar el recogimiento interior.